viernes, 21 de agosto de 2015



INFANCIA INTERRUMPIDA
                                            




Ella se había dormido después de un agotador día de trabajo. Su nombre es Laura y es obstetra del hospital general.
Aylen es su paciente preferida. Cuando atendió la llamada sabía que había llegado la hora.
Aylen es una adolescente y a diferencia de sus otras parturientas es especial, no solo por su corta edad, sino por su historia de vida.
Es la hija menor de un matrimonio de padres mayores y había sobrevivido a una enfermedad oncológica en su primera infancia. Quizás por eso fue siempre una niña consentida y con pocos limites.
Esto podría tratarse de uno de sus nuevos caprichos pero lo más probable es que un hijo, cambie su vida para siempre.
Ahora era Laura la que debería poner los límites que sus padres no pudieron. Solo debía llamarla si era necesario.
Insistió en que controlara su respiración. En que anotara el tiempo entre cada contracción. En que tomara el antiespasmódico y tratara de dormir. Pero Aylen llamó repetidas veces.
Imaginó su cara de susto con ojos de niña, con lágrimas como perlas rodando por sus mejillas rosadas y pudo entender la sensación sobreprotectora de esos padres.
Ahi estaba en su semana 37. No debería ser su momento pero los hechos le indicaba que ese bebe estaba por nacer.

Laura respiro hondo. Se levanto de la cama, se vistió con su blanco ambo inmaculado y salió.

LG

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